Había algunas cuestiones importantes para resolver, previo al partido contra Tigre. Primero era intentar que el equipo vuelva a tener la actitud que supo manifestar dentro del terreno de juego, y que contra Tiro Federal se había perdido. La otra era que intente jugar un poco más por abajo, y sobre todo, que no haya individualismos. El partido arrancó muy movido desde ambos lados. Defensa tuvo su primera situación al comienzo, asi como también el local supo inquietar a César Taborda. Pero con el correr de los minutos el encuentro se fue haciendo más trabado. La lucha del sector medio, aún no tenía dueño, y eso hacía que por momentos domine un equipo, pero que por otros, sea su adversario quien imponía las reglas. Hasta que a los 38 minutos Pablo Vacaría recibió la pelota en el vértice del área grande y remató con mucha comba al segundo palo de Islas, quien solo atinó a mirar como la pelota inflaba la red. Era un golpe anímico muy bueno para la visita. Con la desventaja Tigre comenzó a fallar pases increíbles y no se encontraba dentro del campo de juego. Hasta que segundos antes de ir a los vestuarios, un centro llovido, luego de un corner encontró a Santiago Morero en una inmejorable situación para la igualdad.